✔ 🟢 La amabilidad te puede hacer engordar sin darte cuenta
La amabilidad te puede hacer engordar sin darte cuenta
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Seguramente eres de los afortunados en ser educados con amor de los padres o algún familiar cercano, y parte de la educación que recibimos desde la infancia es el decir “gracias” y pedir las cosas “por favor”, entre otras muchas normas sociales que debemos aprender, sin embargo, el llevar estas normas sociales a la etapa adulta te puede hacer engordar sin darte cuenta, me explico por qué.
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Todo ese aprendizaje adquirido desde niños es con el fin de ser aceptados en sociedad, en general una persona amable se adaptará mejor en comparación con alguien que no lo es tanto.
Incluso hasta culturalmente, en países latinoamericanos, vemos normal esta amabilidad que extraña a los extranjeros, a tal punto que nos da una buena impresión con éstos extranjeros e incluso hasta tener fama de ser serviciales o serviles cuando esta amabilidad la llevamos a los extremos, abusando de la misma.
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Desafortunadamente esta amabilidad o incluso el servilismo, nos lleva muchas veces a hacer cosas que realmente no queremos o deseamos hacer, con tal de no ser rechazados o criticados en algún momento en la sociedad, esto nos lleva a una auto agresión, en este caso vamos a referirnos a la auto agresión alimentaria.
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Es decir, somos capaces de comer algo que realmente no queremos para “no ser groseros” o bien que la otra persona “no se ofenda”
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Estas costumbres analizando la situación, es la violación a satisfacer o no nuestras necesidades básicas, que justamente, son necesidades personales que nadie más que la misma persona debe tener injerencia en ellas.
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En otras palabras, solo tú debes saber cuándo tienes hambre y cuándo no, debes decidir que sí o qué no comer, así como otras necesidades básicas como el ir al baño, solo tú sabes cuándo tienes ganas y cuándo no, el permitir que otras personas alteren nuestras necesidades es como si se permitieran o normalizaran las violaciones sexuales, solo porque a alguien más se le antojó y nos presionó para “cumplir ese antojo”, el cual dejamos satisfacer solo para que “no se ofenda”.
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¿Ves lo grave de la situación?
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Igual y los ejemplos anteriores son extremos, sin embargo, lo que se trata es de ejemplificar lo grave que puede ser para tu salud el dejar que otras personas decidan cuánto, cuándo y qué debes o no comer (a menos que sea menor de edad, eso lo deciden los padres o los adultos responsables de su cuidado).
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Éstas decisiones ajenas a ti por comer algo que no quieres solo por “ser amable” definitivamente te pueden llevar a engordar sin darte cuenta.
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Así vemos frecuentemente en la consulta casos (o pretextos) como:
- Mi esposo me sabotea ya que me insiste en comer el pan que trajo.
- Mi pareja me pasa sus sobras ya que ella come poquito.
- Mi mamá me sirve y se enoja si la rechazo o no me termino todo lo que me da.
- Mis hijos lo hicieron y ni modo de no comérmelo para que no se sientan mal (aunque se vea y sepa feo).
- Solo me ofrecieron una probadita y me comprometí a comprarle a esa persona que tan amable me regaló una muestra de lo que vendía.
- Fuimos de vacaciones al pueblo y no sabes, tuve que comer en cada casa que fui de visita con la familia, si no comía, aunque sea un taco, se ofenden.
- Mi jefe o cliente, me invitó y ni modo de decirle que no, de lo contrario me quedo sin trabajo o sin ventas.
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Como esos ejemplos, hay muchísimos, aquí lo importante también es analizar particularmente, cada uno de estos eventos u oportunidades que se presentan en tu vida diaria de ser o no amables, tomando en cuenta si aceptas esa agresión a tus decisiones solo por ser amables y educados.
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Por ejemplo, si tus hijos pequeños te sorprenden con el desayuno en la cama por ser tu cumpleaños, pero el banquete fue hacer una mezcla de todo lo que encontraron en la cocina, pues ni modo, hay que ser amables, te toca dar un poco el ejemplo y no vale la pena en este caso, hacerlos sentir mal por un bonito detalle que tuvieron con la intención de consentirte y agradecerte por lo que haces todos los días por ellos, pero toma en cuenta que es solo una vez al año.
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Ya en el mismo ejemplo, si esos hijos ya están más grandecitos y les toca hacer el desayuno como parte de sus labores domésticas, ahí sí, mejor enséñales a cocinar tal como corresponde con las porciones adecuadas, aclarando que, si dejas o rechazas algo que ellos preparen, ¡no lo tomen personal y listo!
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Otro caso es si tu esposo te sorprende con un detalle de invitarte algo de cenar que él preparó, justo por ser su aniversario de bodas, por ejemplo, pues también acéptalo sin juzgar y agradece el detalle, sin embargo, si todos los días llega con la bolsa de pan o los tacos, aún sabiendo que estás a dieta o por lo menos te quieres cuidar, pues ahí sí, te tocará comerte “ese pollito” con él y aclararle que no te traiga nada sin preguntarte antes si quieres o no comerlo.
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Sin embargo, hay otras situaciones muy frecuentes donde puedes engordar sin darte cuenta, que tal vez no le prestes demasiada atención y lo hagas más frecuente de lo que crees, solo por ser amable.
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Me refiero a aquellas “probaditas” que te ofrecen en la calle, mercado, súper o tianguis, “sin compromiso” (según ellos), analizando en una ocasión estos detalles, me di cuenta que prácticamente ya había desayunado, aún sin recorrer ni la mitad del tianguis por ir de “probadita en probadita” solo por ser amable.
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Lo grave de esto, es que es una razón que puede hacerte engordar sin darte cuenta, incluso me atrevería a apostar que si le preguntaras al día siguiente a alguien que te conste que comió una de estas probaditas del súper o mercado ¿qué fue lo que comió el día anterior?, te garantizo que omitirá esa pequeña probadita o probaditas que, sin duda, también forman parte de la dieta de ese día.
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Incluso si concientizas a esa persona, lo minimizará como algo no digno de ser mencionado diciéndote algo así como “pero si solo fue un pedacito”, sin embargo, para nuestro cuerpo, llantitas o resultados en caso de estar en un tratamiento o dieta para bajar de peso, también tendrá sus repercusiones ese pedacito.
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Otro detalle importante es que, al aceptar esa pequeña muestra o prueba, de alguna manera por ser amables, por ternurita, reciprocidad o compromiso, nos veremos prácticamente obligados a comprarle algo a esa persona que tan “amable” nos regaló esa muestra que seguramente le hará perder dinero e inversión.
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Sin embargo, debo aclararte que realmente no es que sean tan amables, son estrategias de ventas perfectamente estudiadas, para, justamente apelar a esa “amabilidad” (tu punto débil) y uno como cliente, devolver la atención comprando algo.
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O bien despertar el apetito o aquel monstruo que te hace comer todo lo que se atraviese y que, en ese momento, debido al mismo apetito o monstruo despierto, todo te sabrá delicioso o todo se te antojará y no necesariamente alimentos saludables.
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En este caso si fuera un consultor de mercadotecnia y vendieras alimentos, justamente te recomendaría “ofrece muestras gratis”.
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Aparentemente sacrificarías un poco tus ganancias, sin embargo, al apelar a esa sensación de culpa por no ser amables si no te compran, terminarás por vender más y por lógica, obtendrás más ganancias que la inversión perdida en aquellas “probaditas gratis”.
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Pero lamentablemente en esta ocasión no estoy en mi papel de consultor de mercadotecnia, estoy en mi papel de orientador nutricional y en este sentido te recomendaría lo siguiente para que dejes de engordar sin darte cuenta, solo por ser amable.
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- Establece rutinas en tus alimentos, tanto tener el menú del día completo (sin improvisar) como establecer tus horarios, en este caso la importancia de preparar o planificar colaciones es que evitarás llegar a esa sensación incómoda de hambre donde ya no podrás parar de comer una vez que pruebes algo.
- Cuando vayas de compras, evita ir con hambre, es decir, planifica esta actividad justo después de alguno de tus alimentos principales (desayuno, comida o cena), así te apegarás con más facilidad a la lista de compras sin tener la tentación de comprar algo adicional que no venga en ella y que por supuesto, la mayoría de las veces no es nada sano.
- Evita aceptar esa probaditas, es difícil lo sé, ya que justamente te verás haciendo una grosería al dejar a alguien con la mano estirada que amablemente te está regalando algo, sin embargo, obsérvalo de la siguiente manera…, es su estrategia de ventas para dejarte sin dinero y hacerte engordar sin darte cuenta, de esta forma, ya no suena tan amable el asunto ¿no crees?
- Al igual que con personas extrañas, también aplica el punto anterior a tus seres queridos, sobre todo cuando esa “amabilidad” o muestras de afecto, son muy frecuentes o muestran enfado si los rechazas como mecanismo de chantaje para hacerte engordar sin darte cuenta o en el mejor de los casos, sentirse menos culpables por engordar por igual al sabotearse y sabotearte.
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Cuando las personas conscientes de alguno de los ejemplos vistos anteriormente, me los comparten y les hago ver que eso no es correcto y deben modificar este mal hábito, sin duda los resultados serán sorprendentes.
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Pero, cuando a pesar de darse cuenta, están en la negativa de cambiarlos por no dejar de ser amables o para que la otra persona no se ofenda, créeme que el 100% de los casos está destinado al fracaso, ya que casualmente estos episodios se incrementarán justamente cuando la otra persona o personas saben que te estás tratando de cuidar, consciente o inconscientemente, con buenas o malas intenciones, sin duda te afectará.
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Y tú, ¿Ya identificaste en qué momento el ser amable te puede hacer engordar sin darte cuenta?
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Si ya lo notaste, pues evita hacerlo y apégate a las recomendaciones mencionadas, principalmente referente a tener la rutina de un horario de comidas y menú establecido, pero sobre todo a aprender a decir NO, sin importar si son tus seres queridos o personas extrañas, salvo pequeñas excepciones o eventos extraordinarios.
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En lo personal, en el sentido de andar con “probaditas” al ir de compras, me ayudó traumarme al ver un video, donde pensé que era un caso aislado, sin embargo, al mostrarle el mismo video a una persona que se dedicaba a vender lo mismo, para mi sorpresa, ¡No se sorprendió!, ya que me comenta que en ese ambiente es muy común hacerlo por cuestiones de supersticiones o creencias raras, por supuesto me dijo que ellos no lo hacían (según).
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Si tienes curiosidad y también te quieres traumar para dejar de andar recibiendo “probaditas” de por vida, al menos en los tianguis, da clic al siguiente botón:
¿Qué tal?, ¿verdad que ya no lo vuelves a hacer?
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¡Si de casualidad decidiste no verlo, felicidades!!!
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Estás un paso más cerca del éxito que cualquiera de los que si vimos el video, por el simple hecho de decirme NO a esa pequeña curiosidad por la “probadita”, ahora sigue, aplicar este buen hábito en todo momento que alguien quiera ser amable contigo y te quiera hacer engordar ahora sí, dándote cuenta de ello para evitarlo, con la misma amabilidad y educación que hubieras tenido al aceptar esa probadita, pero ahora rechazándola.
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Tal cómo me rechazaste a mí al no ver el video, ya no te vuelvo a mostrar nada... (no te creas, aquí chantajeándote), nos vemos en la siguiente ocasión.
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Por: Mtro. en Nut. Oscar M. Alanis
CEO Sbel-T Forever
TESTIMONIOS Y OPINIONES
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