✔ 🟢 Yo engordo por lástima… (si, de lástima de que se quede).
Yo engordo por lástima… (si, de lástima de que se quede).
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Cuántas veces no habremos escuchado la frase “Yo engordo por lástima, si, de lástima que se quede”, ésta inofensiva frase, la he escuchado desde mi infancia, tanto en las reuniones familiares, en la calle y hasta la fecha con muchos pacientes.
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Sin embargo, no nos percatamos lo poderosa que puede ser una frase en nuestra mente, a tal grado de que, por seguir el dicho o frase, llega a realmente afectar nuestra salud y nuestro peso.
Por muy sencilla o cómica que parezca, llega a tener serias repercusiones en nuestros hábitos, mismos que vamos transmitiendo de generación en generación, normalizando con ello ésta forma de comer en exceso, por el mal hábito de no desperdiciar, tirar o regalar, lo que ya no se debe comer.
Tenemos en nuestra cultura frases o dichos tan arraigados como el “Yo engordo por lástima”
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Cuando en realidad lo que estamos diciendo es que no somos capaces de tener un autocontrol a tal grado de importarnos más la culpa por tirar algo de comida, y en su caso, optamos por preferir que nos haga daño.
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Incluso, puede asociarse o explicar esos cambios en el “metabolismo” que tenemos después de tener hijos o casarnos, por esta sencilla frase, ya que, por ejemplo, al tener hijos, independientemente de los cambios producidos durante el embarazo y lactancia (que se reordenarán pasando estos periodos), nos quedamos con la inercia de comernos todo lo que ellos no se comen.
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Más aún si se les sirve a los hijos la misma cantidad de un adulto, habrá más cosas por comernos que antes por el simple hábito de tener culpa por desperdiciar la comida, por lo que tenderemos a comernos tanto lo que dejamos nosotros, como el resto de la familia.
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Lo mismo pasa con la pareja al casarnos, seguramente uno de los dos dejará algo de comida y el otro terminará siendo el bote de basura de lo que no quiso o pudo comer, alimentando el círculo vicioso de que uno haga engordar al otro y teniendo a quién echarle la culpa por la situación, a tal grado de normalizarlo y adaptarse a ese “cambio de metabolismo” por casarse o tener hijos.
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Con ello, alimentamos el mal hábito resumido en la frase “Yo engordo por lástima…”
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Ciertamente, este mal hábito de comerse todo, puede tener origen en no saber planear o estructurar las compras, por lo que, al preparar o comprar mucho o un poco de todo, caeremos más fácilmente en esta tentación.
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Por ejemplo, me he encontrado innumerables ocasiones con el pretexto que no bajan de peso ya que, había cosas en casa que estaban a punto de caducar y por acabárselas o por no desperdiciarlas, “tuvieron que comérselas”, por lo tanto, explican, buscando algo de comprensión, la famosa frase “Yo engordo por lástima, si lástima que se quede”.
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Sobre todo, lo que más me asombra es que realmente se crean esa desfachatez, ¿Tuvieron qué comérselas?
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Como si hubiera una persona con una pistola en la cabeza obligando a comerse algo solo por no desperdiciar la comida, echando a perder la oportunidad de bajar de peso, mejorar tu salud, autoestima e inversión, y, por consiguiente, preferir engordar y dañar tu salud solo por no saber planificar las compras o preparación de algo y no tirar o en su mejor defecto, regalar a quien posiblemente si le sea más necesario.
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Hasta aquí espero te haya quedado claro el poder e importancia de no repetir o practicar el “yo engordo por lástima, si, lástima que se quede”.
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Ahora bien, ¿Qué solución ofrecemos para disminuir éste mal hábito y/o la culpa por tirar lo que no deberemos comer?
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En primer lugar:
Debemos concientizar y ejercitar esa parte de no sentir culpa por tirar, regalar o desperdiciar un alimento, de todas formas, el dinero ya lo gastaste, no tiene caso además de no poderlo recuperar, el afectar tu salud.
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Como si al no comértelas, le estuvieras quitando la oportunidad de comer a los niños de África o para no ir más lejos, en las áreas pobres de tu comunidad o ciudad, ni modo, la realidad es cruel, comas o no comas, esos niños seguirán pasando hambre, con la diferencia de que tu decisión únicamente te va a beneficiar o perjudicar a ti por comer o no comer algo que ya no necesitas por lástima que se quede o culpa por no tirarlo.
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En segundo lugar:
Te recomiendo comprar solo lo que necesitas, ello te va a llevar a servirte únicamente la porción que vas a comer (sin abusos obviamente), para lograr esto, es necesario planificar tu menú de la semana, con ello solo vas a comprar lo que necesitas.
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Por ejemplo, si vienes a Sbel-T Forever con nuestros especialistas en Nutrición y Bariatría y en la dieta que te recomiendan para tu semana no viene la opción de leche, pues simplemente NO LA COMPRAS y asunto arreglado.
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A diferencia de improvisar tu menú con base en tomar la decisión de “cuidarte” sin una estructura o guía específica, pues al ir a las compras, seguramente procuras comprar un poco de todo lo que tu consideras “saludable” o que normalmente viene en todas las dietas para bajar de peso que conoces o has hecho, por ejemplo, muchas verduras y frutas, pan integral, pechuga de pollo, filete de pescado, atún, bistec de res, jamón de pavo, leche descremada, aceite de oliva, queso panela, más todo lo que encuentres de la sección “saludable” y “light” de cualquier supermercado, etc.
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Al final de las compras, seguramente habrás hecho un gastadero adicional al habitual, por ello mucha gente asocia que ponerse a dieta es costoso o caro.
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Sin embargo, piensas que vale la pena ya que te vas a comenzar a “cuidar”, lo que no tomas en cuenta, es que, al comprar mucho al mismo tiempo, la fecha de caducidad de lo que compraste, se convertirá en tu peor enemiga ya que definitivamente no vas a poder ocupar tanto producto que compraste antes de la fecha de caducidad o vida útil del alimento.
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Te comenzará a generar la presión de “tenerte” que comer todo eso antes de que caduque o se eche a perder la comida, por lo que terminarás comiéndote todo ese exceso por el hábito de tener culpa por tirar la comida, derivado de la frase “yo engordo por lástima, si, lástima que se quede”, pero aún, pensando que como esas cosas son “saludables” (a tu criterio), pues no tendrían por qué hacerte ningún daño, nada más alejado de la realidad.
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En tercera instancia:
De las recomendaciones para evitar “engordar por lástima”, es respetar los gustos de cada quien, esto nos lleva a engordar por antojos de otras personas.
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Por ejemplo, si a tu hij@ se le antojan unas galletas, lo peor que puedes hacer es comprarle sus galletas y aparte otras a ti, o aún peor, comprar la caja de las galletas que se le antojó.
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En cualquier caso, también vas a terminar comiendo galletas, cuando originalmente no era tu antojo, si no el de tu hij@, y si digamos que tu hij@ no tiene aún ese “entrenamiento” o hábito de engordar por lástima, seguramente solo se comerá una o dos galletas para saciar su antojo.
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Pero, como le compraste su paquete o la caja, sentirás la necesidad de comerte las que él o ella no se comió por calmar la ansiedad de tirarlas o dejarlas ahí a la deriva, ignorando el pobre destino que le depararán a esas galletas huerfanitas que tu hij@ despreció.
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Por lo que terminarás haciéndole “el favor” de comértelas tú, por evitar la culpa de tirarlas o guardarlas para quién sabe cuándo y se echen a perder, justificándote o peor aún, echándole la culpa a esa criaturita desalmada y mal agradecida e inconsciente (ya que por su culpa tú engordas, porque no se termina sus alimentos y, por ende, te los terminas comiendo tú), aludiendo la famosa frase “yo engordo por lástima, si, lástima que se queden”.
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Finalmente, nadie te obliga a comerte algo que no quieres, tampoco seas cruel echándole la culpa de tu exceso de peso a alguien más, por no saber tomar las decisiones correctas o por no tener la fuerza de voluntad o resistencia por comerte algo que no se te antojó a ti o simplemente no deberías comerlo.
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Por consiguiente, esto se puede evitar al llevar una dieta estructurada y bien planificada para evitar tener cosas de más.
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Ya si de plano tienes que tirar algo o comértelo y engordar por ello, pues tíralo sin culpa y aprende a planificar mejor las compras o servirse las porciones correctas para la siguiente ocasión, es mucho mejor conservar tu salud a afectarla y engordar por lástima que se quede…
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Si deseas aprender a llevar un menú adecuado en las porciones correctas, acércate con nuestros especialistas en Nutrición y Bariatría en Sbel-T Forever, verás que no es tan difícil como parece, simplemente deberás recibir la orientación adecuada a tus antojos y necesidades, pudiendo comer todo lo que te gusta, dentro de una dieta saludable, ya sea para mantener tu peso o adelgazar.
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Por: Mtro. en Nut. Oscar M. Alanis
CEO Sbel-T Forever
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