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✔ 🟢 Alimentos de presión social ¿Qué hacer para que no te afecten en la dieta?

✔ 🟢 Alimentos de presión social ¿Qué hacer para que no te afecten en la dieta?

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Alimentos de presión social ¿Qué hacer para que no te afecten en la dieta?

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Cuando me refiero a los alimentos de presión social, estoy hablando de todos aquellos alimentos que, a pesar de no ser de nuestra elección, nos vemos prácticamente obligados a consumir, ya sea por una cuestión social o cultural.

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Por decir, si vas a una fiesta, tú no eliges el menú de la cena, por lo tanto, sin importar si te gusta o no la elección de los anfitriones del evento, los terminas consumiendo por el simple hecho de comer o cenar algo como parte del acompañamiento que le haces a la persona que organizó o te invitó a dicho evento.

Alimentos de presión social ¿Qué hacer para que no te afecten en la dieta?

Sin embargo, a pesar de que llevemos una dieta estricta o no, sin lugar a dudas, esa noche esteremos fuera de cualquier protocolo de la dieta.

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En otras palabras, pierdes el control de la misma, pero, lo que sí está en tu poder de decisión, es la cantidad, siendo más estrictos, tú decides si lo comes o no; en cualquier caso, siempre y repito, siempre tienes opciones y decisiones qué tomar, ya sea para bien o para mal.

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Por otra parte, dejando a un lado los eventos sociales (reuniones, fiestas, convivios, etc.), en este artículo me quiero enfocar más a los alimentos de presión social que forman parte de acontecimientos culturales.

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Tal es el caso de, por ejemplo, la Rosca de Reyes, los Tamales el día de la candelaria, la comida del día de las madres, el pastel de tu cumpleaños o de cualquier otra persona, el pan de muerto, etc.

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El aprender a comer implica también el integrar una alimentación saludable y por supuesto tener un peso saludable aún a costa de comer esos alimentos que por compromiso o como alimentos de presión social, tenemos que consumir nos guste o no.

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Debemos aceptar la realidad a la que estamos expuestos en nuestro ambiente social y cultural, y el estar a dieta estricta no implica, por lo tanto, aislarte de esa sociedad, por el contrario, el aceptar esa realidad te permitirá planificar las acciones que vas a tomar en cuenta para sobrellevarlas sin que éstas afecten tu peso o salud.

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Para que quede más clara la situación que abordo, te voy a poner un ejemplo, cuando se acercan este tipo de eventos culturales, por ejemplo, la rosca, los tamales, el pan de muerto, etc. siempre les pregunto a los pacientes el cómo llevan esas fechas, esperando honestidad de su parte, muchos de los pacientes aceptan que, independientemente de lo que les recomiende de menú, si o si le van a entrar a la comida tradicional de que se trate, ya sea porque hay reunión familiar, por convivencia laboral y son presas de esa presión social que menciono o por simple antojo o gusto.

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El punto es que, si no les pregunto si van a comer, no me lo dicen muchos de ellos, sin embargo, la experiencia tanto personal como profesional me lleva a dar un paso adelante, sabiendo que por cualquier motivo vamos a terminar comiendo ese tipo de alimentos, les planifico esos alimentos en su dieta para integrarlos y a pesar de comerlos en las porciones recomendadas o adecuadas, no sean pretexto para no poder bajar de peso esa semana “difícil” en el contexto de los alimentos de presión social que mencionamos.

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Con esto dejamos la libertad y de alguna manera tranquilidad de librarse un poco de esa presión o tentación y puedan integrar su dieta o tratamiento a la cultura y tradiciones que formamos parte, lo mejor de todo, sin alterar el resultado estimado como se daría con cualquier otra dieta.

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En el mismo caso, hay personas que me dicen que no les gusta o no piensan comer ninguno de esos alimentos de presión social, por lo tanto, piden que les de la dieta que sea, sin embargo, cuando opto por hacerles caso (con el fin de validar mi punto), a la siguiente semana que nos vemos, resulta que los resultados no fueron los esperados por que siempre si, terminaron comiendo aquello que aseguraban no iban a comer aún a pesar de que no les gusta.

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¿A qué se debe este sabotaje a sus decisiones previas de no comer nada de esos alimentos de presión social?

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Justamente a eso, a no poder ceder a la presión social, ya que en ocasiones es lo único que hay, o salió la reunión exprés o improvisada donde la familia o parte de ella se reunió con el pretexto de “comerse un pedacito de rosca o pan” o en su caso, el jefe llevó la comida (rosca, tamales, pastel, etc.) y “tuviste que comerlo” para que no te califiquen de antisocial o dicho en otras palabras “no seas mam…” (ya sabrás como termina la frase).

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Por ello, sé que el aprender a comer y orientar a las personas a hacerlo, implica considerar esos alimentos de presión social que sí o sí, vamos a seguir comiendo año con año, incluso hacerles ver a los pacientes que a pesar de verse muuuy malos, no lo son del todo si se sabe combinar con el resto de alimentos durante el día.

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Por ejemplo, si es el día de la candelaria (2 de febrero), sabes que se estilan los tamales, debes intuir que por lo menos ese día vas a comer tamales, te gusten o no, ya que no faltará que alguien los lleve y te ofrezcan u obliguen a comer, o bien, se arma la coperacha improvisada para comprarlos y convivir un rato.

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En este caso, te voy a decir algunas recomendaciones para responder la pregunta del título de este artículo y así saber, ¿Qué hacer para que no te afecte en la dieta esos alimentos de presión social?

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Deberás aceptar, presupuestar, predecir o suponer que vas a comer algo que, por lo general, quedaría fuera de la mayoría de los planes alimentarios para bajar de peso si estás en ese objetivo.

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Para esto, te recomiendo que uses un mecanismo compensatorio para el resto de tus alimentos del día (salvo que vengas a consulta con nuestros especialistas en Nutrición y Bariatría en Sbel-T Forever y te den tu dieta considerando opciones para aquellos alimentos de presión social).

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Por ejemplo, si vas a comer tamales, procura que sea una pieza o mitad de un sabor y mitad de otro, así evitarás comerte dos piezas, acompáñalo con un café americano sin azúcar, en vez del atole, además ese día si el desayuno fue el tamal, cena verduras al vapor para compensar el exceso del tamal o viceversa.

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Evita hábitos saboteadores disfrazados de pretextos para decidir comerte todos los tamales que quieras o te quepan y “disfrutarlos” (aunque después te entre la culpa).

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Por lo general, pensamos que el hecho de darle una simple “mordidita”, ya rompiste la dieta, por lo tanto, le entras a todo lo que se atraviese, al fin que mañana la comienzas nuevamente, éste hábito sin saberlo, te genera más daño de lo que piensas, en otras palabras, evita el todo o nada y cámbialo por un poco de esto y compenso o evito aquello, etc.

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Otro ejemplo sería si es el día de la rosca de reyes o el pan de muerto o el pastel de cumpleaños, pues bien puedes desayunar o cenar ese día una rebanada decente, es más, como referencia, utiliza el volumen de una pieza común de pan dulce y no te vayas por la “rebanadota”, pero evita el chocolate con que tradicionalmente es acompañado o también evita repetir con otro pedacito más y principalmente considera que esa simple rebanada ya es todo tu desayuno o cena, no lo veas como “el postrecito”.

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Engaña a tu cerebro aparentando comer más de la realidad.

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En el ejemplo anterior de la pieza o rebanada de pan o pastel, puedes engañar al cerebro comiendo primero la mitad de tu porción estimada y posteriormente la otra mitad, con esto para el cerebro y para evitar la presión social, ya comerías 2 rebanadas, finalmente para el cerebro y la gente da igual si cada rebanada fue muy gruesa o muy delgada, importará más cuántas veces te sirves, no así, dará igual el aporte calórico, ahí si hay mucha diferencia si cada rebanada fue delgada o gruesa, con relleno o sin éste, etc.

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Una última recomendación es planificar lo que vas a comer.

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A veces por el simple hecho de improvisar y verte sorprendido ya cuando estás comiendo aquello que no ibas a comer o no deberías comer, terminarás duplicando el desayuno ya que como supuestamente no ibas a comer nada, hiciste tu desayuno habitual o el de la dieta, pero al llegar al trabajo te ves con la presión de tus compañeros a comer una rebanadita o pedacito, por lo que no aguantarás la presión social o la tentación y volverás a desayunar, lo mismo pasará con la familia al llegar por la tarde o noche a casa.

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En este caso, la recomendación es planificar que vas a comer solo una vez al día la porción correspondiente, así no importará tanto si toda la semana te la pasas comiendo pan de muerto, rosca, tamales, pastel o lo que sea, siempre y cuando esté planificado este alimento dentro de la estructura de tu dieta correcta (por eso bajan de peso nuestros pacientes a pesar de mandarles dietas con pan, pastel o tamales todos los días o dependiendo la ocasión).

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Finalmente, con esta planeación, podrás negociar contigo mism@ o con las personas que te presionan a comer.

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Por ejemplo, desayunar en el trabajo tu rebanada de pan y al llegar a casa disculparte con la familia por no hacerlo con ellos, con la promesa de que mañana cenas con ellos o si es posible, cambien el festejo o reunión para el día siguiente, con esta estrategia, por mucho gusto o antojo que tengas, podrás comer toda la semana prácticamente hasta hartarte, sin afectar los resultados de la dieta o tu peso.

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No hagas lo contrario de hartarte ese día y comerlo a todas horas por el hecho de que es “solo por hoy” y ya mañana te aplicas a la dieta, lo malo es que mañana seguirás con el antojo y con mayor ansiedad por no poder comerlo por haberte “atascado” el día anterior.

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En conclusión:

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Se vale disfrutar los gustos, eventos sociales y nuestra cultura gastronómica, por ello es importantísimo aprender a comer todo lo que te gusta, hasta considerar lo que no te gusta, ya que, por ser alimentos de presión social los terminaremos comiendo.

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Créeme, es posible hacerlo sin magia, si no me crees, te conmino a observar a las personas delgadas que también disfrutan de su pieza de pan, rebanada de pastel o rebanada de rosca, tamales o lo que se les antoje, y sin sufrir la culpa de comerlos.

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Pero, si de verdad observas, te darás cuenta de hábitos diferentes a los tuyos que, aunque parezcan simples decisiones, son más importantes que incluso lo que están comiendo, por ejemplo, comen despacio o no comen todo o separan lo que no les gusta o regalan a alguien más lo que ellos no se van a terminar o no repiten ni duplican porciones, etc. hay muchas decisiones implicadas que puedes usar como estrategias para que a ti tampoco te afecte en tu peso y aprendas a disfrutar el placer de comer todo lo que te gusta y hasta lo que no te gusta, pero debes comerlos por ser alimentos de presión social.

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Por: Mtro. en Nut. Oscar M. Alanis

CEO Sbel-T Forever

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