✔️🟢 Ansiedad provocada: El enemigo oculto que sabotea tu dieta

✔️🟢 Ansiedad provocada: El enemigo oculto que sabotea tu dieta

✔️🟢 Ansiedad provocada: El enemigo oculto que sabotea tu dieta

Ansiedad provocada: El enemigo oculto que sabotea tu dieta

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Si alguna vez has empezado una dieta con toda la determinación del mundo solo para terminar comiéndote ese paquete de galletas que "no estaba permitido", entonces sabes lo que es la ansiedad provocada por la restricción alimentaria o sensación prohibitiva, te tengo una gran revelación…

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No estás sola o solo...

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Por lo tanto, debes saber que es más común de lo que piensas y puede ser el mayor obstáculo en tu camino hacia una alimentación saludable y sostenible y por consecuencia, puedas bajar de peso sin ninguna dificultad.

Ansiedad provocada: El enemigo oculto que sabotea tu dieta

¿Por qué la ansiedad provocada afecta el control del peso?

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Cuando decides hacer una dieta, generalmente partes con la mejor intención: mejorar tu salud, bajar de peso o simplemente sentirte mejor contigo mismo.

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Sin embargo, al limitar ciertos alimentos o reducir drásticamente tu ingesta calórica, tu mente puede reaccionar de forma contraria.

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La restricción alimentaria o la simple idea de saber que estás haciendo una dieta (de manera consciente) muchas veces se asocia con una sensación de carencia. El simple hecho de saber que no "puedes" comer ciertos alimentos los hace más deseables, lo que genera ansiedad provocada.

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Por otra parte, este tipo de ansiedad se manifiesta en pensamientos constantes sobre la comida, episodios de hambre emocional y, en muchos casos, atracones que terminan saboteando todo tu progreso.

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Incluso te hace comer cosas que sabes que si no estuvieras a dieta, jamás te lo comprarías de manera habitual, incluso se llega hasta planificar comprar algo por si “te gana la ansiedad” ya tengas a la mano la solución, sin saber que esa misma acción de tenerlo disponible, te predispondrá a que te de esa ansiedad, lo que en este artículo me refiero como ansiedad provocada, ya que tu misma(o) propiciaste las condiciones adecuadas para sabotearte.

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Por mencionar algún ejemplo de ansiedad provocada:

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Comprar ese paquete de galletas que vas a “esconder” en el cajón de tu escritorio o buró de cama o alacena, por si acaso.

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Tener ese dulcecito o chocolatito en la guantera del auto por si “se te baja la presión”

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Disponer siempre algún quesito o fiambre (aunque no toque en la dieta de esa semana) por si llegan visitas y tengas que improvisar algo para ofrecerles, etc.

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Como verás estos son solo unos ejemplos de miles de situaciones donde planificas comprar o tener a la mano cosas que sabes que no deberías, ocasionándote la ansiedad por devorarlas, ya sea para que no se echen a perder, o para hacer espacio en el refrigerador o alacena o simplemente por si te gana el hambre.

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Lo lamentable del caso es que todo este proceso te llevará a un círculo vicioso donde los resultados efectivos en el objetivo de bajar de peso, cada vez se irán alejando, llevándonos al ciclo de la restricción y el descontrol el cual a grandes rasgos consiste en lo siguiente:

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Restricción extrema: Eliminamos completamente ciertos alimentos o reducimos drásticamente nuestra ingesta calórica.

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Aumento del deseo: Al sentir que no podemos comer algo, el antojo por ese alimento se intensifica.

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Ansiedad provocada: La mente comienza a obsesionarse con la comida, generando pensamientos repetitivos y una sensación de necesidad urgente.

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Pérdida de control: Eventualmente, cedemos al antojo y comemos ese alimento en exceso.
Sentimiento de culpa: Nos sentimos mal por haber fallado, lo que nos lleva a castigos como restricciones aún más severas.

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El ciclo se repite...

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Este patrón no solo genera frustración, sino que también puede llevar al aumento de peso en lugar de la pérdida deseada. La clave para romper este ciclo es entender y gestionar la ansiedad provocada desde su origen, que básicamente es evitar irse de un extremo a otro.

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Estrategias para evitar la ansiedad provocada al hacer dieta.

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Para lograr una relación saludable con la comida, es fundamental adoptar estrategias que permitan mantener el equilibrio sin caer en la trampa de la restricción excesiva.

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No etiquetes los alimentos como "prohibidos"

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Cuando colocamos ciertos alimentos en la categoría de "prohibidos", automáticamente los volvemos más tentadores. En lugar de eso, permítete disfrutar esos alimentos en porciones moderadas y en contextos adecuados, por ejemplo, en Sbel-T Forever, dejamos un día libre a la semana para cumplirse esos antojitos con moderación y sin culpa.

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Prioriza la alimentación consciente

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La alimentación consciente o "mindful eating" te ayuda a conectar con tu hambre real y a reconocer cuando comes por ansiedad en lugar de por necesidad. Algunas prácticas incluyen:

  • Comer sin distracciones (sin televisión ni celular).
  • Masticar lentamente y disfrutar cada bocado.
  • Escuchar las señales de saciedad de tu cuerpo..

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Identifica las causas de tu ansiedad

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La comida muchas veces se convierte en un refugio para manejar el estrés, la tristeza o la frustración. Pregúntate: ¿realmente tengo hambre o estoy comiendo por emoción? Identificar el motivo detrás de tus antojos puede ayudarte a tomar mejores decisiones.

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Equilibra tus comidas

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Una dieta excesivamente restrictiva o baja en calorías o nutrientes puede incrementar la ansiedad provocada. Asegúrate de incluir:

  • Proteínas de calidad o de Alto Valor Biológico como carne, pollo, pescado, huevo, etc.
  • Grasas saludables como aguacate, frutos secos, aceite de oliva (con moderación de cualquiera de estos ejemplos).
  • Carbohidratos complejos (avena, tortilla, arroz, frijoles, lentejas, frutas y verduras crudas)..

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Al alimentar correctamente tu cuerpo, además de establecer y respetar horarios (incluyendo colaciones), reduces la posibilidad de ataques de hambre impulsivos.

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Ten opciones saludables a la mano

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Si sabes que en momentos de ansiedad sueles buscar galletas o dulces, ten alternativas más nutritivas disponibles, como:

  • Frutas con yogurt.
  • Verduras crocantes como apio, pepinos, jícama o zanahoria, etc.
  • Gelatina Light o sin azúcar..

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De esta manera, satisfaces el antojo sin salirte de tanto de tu plan de alimentación, aunque, por otra parte, si estás llevando un régimen específico, debes enfocarte en respetarlo y apegarte a él lo más posible, sin agregar ningún alimento o bebida, por muy saludables que creas que sean.

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Lo mejor en este caso, es que antes de adicionar algo a tu criterio o conveniencia, coméntalo con tu Nutriólogo o Bariatra que te indicó esa dieta, con el fin de llegar a consensos planificados que se adapten a tus necesidades sin sacrificar los resultados esperados en la pérdida de peso.

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Encuentra otras formas de gestionar el estrés

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Si la comida es tu mecanismo de escape, intenta incorporar otras estrategias saludables como:

  • Meditación o respiración profunda.
  • Actividad física (caminar, bailar, yoga).
  • Hobbies que te relajen (dibujar, leer, escribir).

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Cuando encuentras otras maneras de manejar el estrés y la ansiedad, la necesidad de recurrir a la comida disminuye.

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Deja de castigarte

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Romper de vez en cuando la dieta no es un fracaso (por eso dejamos el margen del día libre). Al contrario, es una oportunidad para aprender a lidiar con esas ansiedades y antojos. Si comes algo fuera de tu plan, no te castigues con más restricciones. En su lugar, vuelve a tu rutina normal en la siguiente comida sin sentir culpa, solo no cometas el grave error de seguirte como hilo de media en el abuso, solo por el hecho e que “ya rompiste la dieta” y te excusas con el clásico “mañana o la siguiente semana la empiezo bien”.

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En conclusión: El equilibrio es la clave

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La ansiedad provocada por las dietas, puede ser un gran obstáculo en tu camino hacia una alimentación saludable. En lugar de obsesionarte con lo que no puedes comer, aprende a disfrutar los alimentos de manera equilibrada, sin caer en restricciones extremas e integrando alimentos que te gusta disfrutar, tal y como recomendamos los especialistas en Nutrición y Bariatría de Sbel-T Forever.

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Finalmente al adoptar una mentalidad flexible y enfocarte en hábitos sostenibles, puedes alcanzar tus objetivos sin sentirte prisionero de tu dieta. Recuerda: el objetivo no es solo perder peso, sino también ganar bienestar físico y emocional.

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Por: Mtro. en Nut. Oscar M. Alanis

CEO Sbel-T Forever

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