✔ 🟢 Esto te permite “disfrutar de la vida” sin importar que te dañes.

Esto te permite “disfrutar de la vida” sin importar que te dañes.

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Sin embargo, en este contexto del cual nos referiremos, usar la comida como excusa para “disfrutar de la vida” puede llevarte a un daño, ya sea temporal o permanente.

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Por ejemplo, “disfrutar de la vida” comiendo carnes rojas todos los días y en exceso, puede llevarte a elevar tus niveles de colesterol y ácido úrico (condiciones temporales), o bien, disfrutar de la vida comiendo pan dulce y galletas todas las noches, puede llevarte a tener diabetes (condición permanente).

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Sin duda alguna, bajo este pretexto de “disfrutar de la vida” o “de algo me he de morir” puedes afectar tu salud y esperanza de vida, aunque suene paradójico, ¿no crees?, es decir, disfrutas de la vida, acortando las posibilidades de vivir más tiempo al enfermarte por “disfrutar de la vida”.

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Por lo tanto, es importante encontrar un punto medio donde podamos disfrutar sin dañarnos, en muchas ocasiones, olvidamos que comer es una necesidad básica para sobrevivir, por lo tanto, no siempre es posible o necesario “disfrutar” algo que es una necesidad básica.

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Para que quede más claro el punto anterior, veamos si “siempre” disfrutas otras necesidades básicas como dormir, no siempre tenemos un sueño reparador, e incluso a veces, seguro te ha pasado, no tienes las ganas de ir a dormir por terminar un trabajo o proyecto o seguir en la fiesta, sin embargo, como es NECESARIO, llegará el momento donde el cuerpo no resiste más y termines durmiéndote hasta en el puesto de trabajo o en la silla del evento.

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Otra necesidad básica que no siempre se disfruta es por ejemplo, ir al baño a evacuar, en ocasiones nos puede hasta doler por el estreñimiento, o incluso incomodar por las simples “ganas” de ir, pero no estar en el momento adecuado cuando ni siquiera hay un baño público cerca, etc.

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¿Te das cuenta cómo no siempre se disfruta cubrir una necesidad básica?

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Una vez aclarado el punto de que no siempre es necesario disfrutar de una necesidad básica como lo es el comer, para llevar una vida saludable, deberás acostumbrarte a que no siempre va a ser el momento más oportuno e ideal para comer, no siempre los platillos deberán verse de lujo como en las revistas o redes sociales, no siempre nos deberá encantar el sabor de lo que comemos y no siempre deberemos terminarnos todo lo que nos sirvan, incluso por el hecho de haber pagado por ese platillo; pero, sobre todo, no siempre deberemos caer en excesos alimenticios para “disfrutar de la vida”.

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Ahora bien, si aún no encuentras la relación sobre ¿qué es lo que te hace “disfrutar de la vida” sin importar que te dañes, la respuesta es simple: LA IGNORANCIA.

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La ignorancia te llevará a pensar que puedes comer cualquier cosa que se te antoje a la hora y en el momento que sea, sin importar las cantidades, ya sea algo saludable o no.

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Por ejemplo, gracias a la ignorancia, muchas personas piensan que el hecho de tomar su litro de jugo verde todos los días, están colaborando a “mejorar” su salud; o el hecho de agregarle a la ensalada semillas, aceite de oliva o vinagretas, sal de los Himalaya y algo de frutos secos y peor aún, pensar que entre más cosas saludables le pongan, más rápido van a bajar de peso; o en el otro extremo, quizá no le interese a esa persona cuidarse, por lo que decide disfrutar de la vida y comer en exceso aquello que ignora que le está haciendo daño.

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Llega a tal extremo la ignorancia que incluso hay personas que comen algo que les está haciendo daño, pensando que es para “mejorar su salud”, por ejemplo, una persona con Diabetes que crea que el hecho de pagar un sobre costo y comerse sus chocolates, galletas, pasteles, panes y mermeladas sin azúcar o integrales, se está “cuidando”, ignorando que ese tipo de alimentos también le incrementarán sus niveles de glucosa al ser sustituido el azúcar por otro carbohidrato, en ocasiones hasta en mayor cantidad que los carbohidratos que hubiera aportado el azúcar mismo, o en el caso de los alimentos integrales, les agregan más grasa o azúcar para no perder su sabor, o utilizar sustitutos de sal en una persona con hipertensión, ignorando que en vez de cloruro de sodio (sal) tiene cloruro de potasio, haciendo un efecto similar o peor que la sal.

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Por ello, es importantísimo ocuparse de dejar atrás la ignorancia para que no te sigas dañando pensando que haces algo positivo por tu salud y cuerpo.

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Para que quede más claro el punto, te voy a contar una experiencia que tuve cuando estaba organizando la fiesta de uno de mis hijos.

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Al ir de compras a una dulcería (grandecita, por cierto) para comprar la piñata y el relleno de la misma, me emocioné mucho al ver dulces que consumía en la infancia y que ya tenía años de no verlos, al grado tal que me hizo despertar el deseo de comprarlos y atascarme la bolsa sin importar nada, tal y como los comía cuando era niño (evidentemente fui niño gordito).

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Sin embargo, para mi sorpresa o más bien el dejar de ser ignorante en el tema, por instinto vi la información nutrimental y de manera abrupta al ver las calorías de ese “inofensivo” antojito, me llegó un cachetadón de realidad, a tal grado de quitarme las ganas de manera inmediata de comprarlo, ya que, de hacerlo, al llevarme esa tentación a mi casa, más temprano que tarde, me estaría martirizando por comerlo hasta que seguro lo hubiera hecho.

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En ese momento mi reacción fue señalar la información nutrimental del empaque y decirle a mi esposa “BENDITA IGNORANCIA”.

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Al preguntarme obviamente por qué, mi respuesta fue que, en otro momento, al desconocer del tema de las calorías y lo que éstas tienen que ver con mi salud y peso, sin lugar a dudas me hubiera comprado al menos un par de bolsas o paquetes de esos dulces que me hicieron evocar mi infancia, y digo un par, porque uno sería para el camino y otro para comerlo en casa y con ello “disfrutar de la vida” sin importar que ese “pequeño” gustito o exceso dañaría mi salud.

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Cabe aclarar que no quiere decir que definitivamente no lo pueda comer, de hecho, ese es el fin de nuestra orientación nutricional, el que aprendamos a comer todo lo que nos gusta, pero quizá en otro momento, no necesariamente deberemos comerlo cada vez que nos plazca (ese es realmente el error de muchas personas).

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Simple y sencillamente, debido al conocimiento en el tema o dejar de ser ignorante, no veo la necesidad o más bien necedad de comprarme una o dos bolsas completas de algo que me puedo comprar en otra ocasión por pieza y así disfrutar de la vida cumpliéndome un antojo, pero sin tener la tentación de tener en casa otras 99 piezas más que venían en la bolsita, ahí sí, el antojo ya se hubiera cubierto con una sola pieza, pero, la costumbre y el martirio, me hubiera hecho acabar o devorar las otras 99 piezas del paquetito o bolsa de 100 piezas.

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Otro caso personal que tengo para darle sentido a la vendita ignorancia que en otro momento me hubiera hecho “disfrutar de la vida” es cuando vi en un Aurrera un paquete de donitas de chocolate, de esas que venden en COSTCO o Sam´s Club en paquetes grandes, pero al analizar las calorías de cada donita, vi que tenían las mismas calorías que aportan en promedio 2 tazas de fruta o 100 gr de pollo o carne (120 Kcal), por lo que mi reacción, luego de pensarlo un par de minutos, fue dejar la charolita en su lugar, ya que de haberlas comprado, sin duda alguna me hubiera comido más de una donita de chocolate.

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Espero que con estos ejemplos te haya quedado claro que la ignorancia te permite “disfrutar de la vida” sin importar que dañes tu salud.

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Lo que parecería entonces favorecer la ignorancia, pero no le veo caso arriesgar la vida o la salud por “disfrutar sin límites” algo que ignoro me pueda hacer daño y disminuir mi tiempo de calidad de vida para gozar de otros placeres con mis seres queridos.

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A su vez, al ser padre de familia, también debo responsabilizarme por los hábitos y calidad de vida de mi familia (por lo menos de mis hijos), donde les enseñe los límites alimentarios y la importancia de conocerlos para que ellos también puedan “disfrutar de la vida” pero con una buena salud nutricional o salud alimentaria.

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Por lo tanto, en este momento, te invito a reflexionar si te conviene seguir ignorando que tanto te afecta lo que comes y, sobre todo, sin importar si eso que comes o te gusta comer sea algo considerado bueno o malo, aprendas o sepas cuál sería la cantidad apropiada que deberías comer para que disfrutes de la vida sin afectar tu salud.

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Finalmente, te invito a Sbel-T Forever con nuestros especialistas en Nutrición y Bariatría para darte esta orientación sin prejuicios, es decir, sin importar qué te guste comer, te garantizo que puede integrarse a una dieta correcta y saludable, en la cantidad adecuada, para que aprendas a comer todo lo que te gusta y poder disfrutar de la vida sin remordimientos.

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Por: Mtro. en Nut. Oscar M. Alanis

CEO Sbel-T Forever

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